Las infecciones entre consumidores de drogas por vía intravenosa aumentan
Las ONG tienen menos fondos para actuar
La UE advierte del paralelismo con la situación de otros países
“No hay manera, no hay manera”. Meni Malliori lo repite mientras
repasa las cifras del presupuesto anual de su organización. Es la
presidenta de Okana, la mayor red de centros de Grecia para la
prevención y el tratamiento de la adicción a las drogas. Desde hace
meses no sabe cómo el servicio podrá continuar tras los recortes en la
financiación estatal que llega justo cuando en el país hay un aumento
sin precedentes de casos de VIH entre los usuarios de droga por vía
intravenosa. Si en 2010 las infecciones registradas entre estas personas
eran 14, en 2011 subieron a 206 y en 2012, hasta el pasado octubre,
último dato disponible, se detectaron 487 casos en este colectivo, que
se ha convertido por primera vez en el principal grupo de riesgo.
La situación es anómala. En la mayoría de Europa el principal grupo
afectado es el de los homosexuales. En España, por ejemplo,
representaron el 53,7% de los nuevos diagnósticos, frente al 5,4% de los
consumidores de drogas. Pero el resto de los factores (crisis generalizada,
recorte de los presupuestos de las ONG) son comunes a España y Grecia,
por lo que las autoridades sanitarias europeas piden vigilancia.
A finales del pasado noviembre el Centro Europeo para el Control y la Prevención de las Enfermedades
(ECDC), tras una visita al país, publicó un informe técnico en el que
alertaba sobre los riesgos de este nuevo brote de VIH en un grupo que
prácticamente apenas registraba casos antes del comienzo de la crisis.
“Sin una acción decidida, el brote de VIH entre personas que se inyectan
drogas no solo continuará, sino que existe el riesgo de que se difunda
más allá de Atenas [la ciudad donde se concentran los casos]”, se lee en
el informe de ECDC. El documento subraya que, “aunque el alcance de los
efectos de la crisis financiera en el brote no está claro, es evidente
que la crisis ha tenido un impacto sanitario y social significativo en
la población de Grecia”.
Sí hay algunos síntomas de cómo ha podido influir la grave situación económica.
Por ejemplo, en el tipo de sustancias inyectadas y en las formas del
consumo. “Muchos no tienen ya el dinero de bolsillo que tenían antes y
han cambiado el tipo de sustancia. Ahora usan cada vez más una droga que
aquí se llama shisha”, explica Malliori. La shisha es
una mezcla de metanfetamina en cristales y otros agentes químicos que
ha entrado en el mercado griego de la droga en los últimos años. Una
dosis sale por dos-tres euros en lugar de los 20 que cuesta una de
heroína. Tiene los mismos efectos que la heroína, pero, a diferencia de
esta, hace aumentar la predisposición sexual. Un efecto que, según los
expertos, se combina con el hecho de que cada vez más adictos se
prostituyen a cambio del dinero que necesitan para sus dosis. “Si
alguien está infectado por el VIH, si se tiene en cuenta el aumento de
relaciones sexuales del grupo de riesgo y el hecho de que comparten las
jeringuillas, se entiende que no es difícil difundir el riesgo del
contagio”, añade.
El Gobierno ha anunciado una financiación de 18 millones de euros
que, según Malliori, solo basta para pagar los sueldos de los
trabajadores de los centros. La organización ha comunicado al Ministerio
de Salud que para seguir necesita al menos 30 millones de euros, casi
el doble de lo presupuestado.
Según el informe del ECDC, la mayoría de las personas que se inyectan drogas son desempleadas (el 72%), con una tasa de paro muy alta
—sobre todo en Atenas— y el número de los que declaran no tener trabajo
ha aumentado mucho en los últimos cuatro años. “La crisis ha golpeado a
los drogadictos y a las organizaciones que ofrecen los servicios.
También se ha exacerbado el uso de drogas y ha cambiado el tipo de
droga. Una tormenta perfecta”, comenta Nikos Dedes, presidente de la ONG
Positive Voice que, el pasado noviembre, abrió un centro para pruebas
gratuitas de VIH gracias a la financiación recibida por una fundación
benéfica estadounidense.
Una de las recomendaciones del informe europeo es que se amplíe el
acceso a los centros para las pruebas diagnósticas del virus. “Detectar
los nuevos casos tiene que ser una prioridad. La mayoría de nuevas
infecciones llegan de personas que no sabían ser seropositivos”, añade
Dedes.
Los acuerdos pactados por Grecia con la troika
de los acreedores internacionales prevén una reducción del gasto
sanitario hasta el 6% del PIB con respecto al 9,7% anterior a la crisis
(la media de los países OCDE es el 9%). El dato es citado en el informe
del ECDC, que en una de sus conclusiones subraya: “Hay que considerar
que hay algunos paralelismos entre la situación de Grecia y la de otros
países de la UE. Es importante subrayar que el brote registrado en
Atenas no supone un riesgo directo para otros países. Pero, considerando
los comportamientos de riesgo y la menor cobertura en prevención en
varios países, así como problemas económicos parecidos que llevan a
recortar los programas de prevención, brotes similares pueden
registrarse en otros países”.
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